martes, 16 de junio de 2009

No me llames extranjero, yo soy puertorriqueño.

Esta va dedicada a los hermanos de la Díaspora boricua, especialmente a mi hermana, mis parientes y los colegas Don Segundo y Doña Bianca.

Existen características de nuestra nacionalidad, que todo puertorriqueño manifiesta en el transcurso de su vida y de las que nos sentimos profundamente identificados. Son algunas de ellas, el compromiso con la lealtad, la paz y la justicia, con la verdad, la hospitalidad, la cortesía, la compasión, el amor por la familia, por la isla, por nuestra bandera y nuestros símbolos culturales. Es esta identidad colectiva la que nos convierte en una bendición para el mundo entero porque no importa a donde nos haya llevado la vida, siempre seremos ciudadanos participativos en el bienestar de la comunidad donde vivamos, seremos líderes comunitarios, recreativos, artísticos y deportivos, que aportan a la sociedad. Son características de las que nos sentimos justa y sanamente orgullosos. Estamos acostumbrados a unirnos aún en la distancia y mantenernos comunicados con la isla como quien no quiere perder el cordón umbilical. Es esa conexión lo que nos une como pueblo, como ente colectivo, más allá de las dificultades, del tiempo y la distancia.

Para el desarrollo óptimo de este colectivo, necesitamos nuestra isla sin ataduras, un lugar donde ser libres, un país soberano, donde podamos organizar nuestro gobierno, las leyes, la economía, la vida social, las costumbres y la cultura, en base a nuestras prioridades y nuestros valores. En fin, un país donde podamos ejercer nuestra soberanía colectiva para ofrecer a todos los puertorriqueños un hogar digno, libre y en paz, sin importar donde la vida los haya llevado. Un hogar sin odios ni rencores del pasado, que reciba a todo aquel que ame su patria y quiera volver a sus raíces a vivir su idiosincrasia y su cultura.

Como puertorriqueños aportamos al mundo en forma positiva de manera desproporcionada con nuestro 100x35, desde este pequeño rincón del mundo nuestro nombre se escucha en todas partes del planeta y solo somos ocho millones de puertorriqueños dispersos, pero con una sola misión, conquistar el mundo. Felicidades a los boricuas que viven en Nueva York por la Parada de Reafirmación Nacional Puertorriqueña, su patria añora su regreso.


Pride in being Boricua [Puerto Rican] has nothing to do with geography … We are just as Puerto Rican as a Puerto Rican born on the Island. Being Boricua is a state of mind and a state of heart and a state of soul. And as far as I’m concerned, that’s the only kind of state it’s ever going to be.

– María Teresa ‘Mariposa’ Fernández, author of the poem ‘Ode to the Diasporican’


5 comentarios:

solo joe dijo...

me gusto la 2da foto

Don Segundo dijo...

Borincano,

Sin palabras, nos ha tocado el corazon, que cancion! Muchas gracias! Somos hermanos!

Don Segundo y Doña Bianca
Un gran abrazo

C dijo...

hermoso!

Nelida dijo...

Que lindo, Yo soy Boricua aunque naciera en la Luna..

Anónimo dijo...

Wow. Te inspiraste de verdad. Muy bien expresado.

Apture

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