sábado, 18 de julio de 2009

Aunque piensen lo contrario, la honradez está de moda

Me encontré este reportaje en el Periódico La Perla del Sur y quiero compartir lo que entiendo es el verdadero puertorriqueño. De que somos como el jíbaro aguzao, si lo somos, pero no somos ladrones. El respeto a lo ajeno sigue siendo uno de nuestros valores, aquí queda demostrado:

Por Jason Rodríguez Grafal
De La Perla del Sur

¿Que haría si encontrara en la calle un sobre con $4,500 en efectivo?

Algunos no titubearían en recogerlos, colocarlos en su bolsillo y seguir andando, sin pensar en quién lo perdió.

Por fortuna, para un comerciante ponceño esto no fue así.

Hace poco más de dos semanas, mientras Israel González Goñez -de 30 años de edad y residente del sector Santa Teresita en Ponce- trabajaba el turno matutino en la tienda Sam’s Club de Ponce, observó un sobre abultado en uno de los carros de compra que recogía del estacionamiento. Junto a él, se encontraba su compañero de labores Albert Rentas Bonet, de 25 años de edad. A ambos le provocó curiosidad y en su interior hallaron más de $4 mil en efectivo.

“Nos sorprendimos. Era obvio que la cartuchera traía mucho dinero adentro y efectivamente, así fue”, recordó a La Perla del Sur González Goñez.

No obstante, lo que pudo haberse convertido en el “día de suerte” para dos empleados a tiempo parcial, se transformó en un claro testimonio de honradez y desprendimiento.

“Yo sé lo que es eso. Una vez perdí mi cartera en un parking y tenía $500 y yo viré con el desespero, porque también tenía mi licencia y todo, pero alguien la cogió del piso y la entregó a la gerencia de esa tienda y me la entregaron con el dinero y todo. Cuando encontré la cartuchera, eso fue lo que me pasó por la mente”, admitió González Goñez.

“Son muchos chavos y para el que se le pierda eso, no es fácil”, dijo por su parte Rentas Bonet, quien lleva año y medio con la compañía y hace apenas dos meses se convirtió en padre, por primera vez.

“A lo mejor me hubiera resuelto mucho en el momento, pero eso no es mío. Es algo que me enseñaron en casa”, sentenció.

Ambos trabajadores se han ganado el respeto y admiración de los ejecutivos de la empresa para la que laboran. Sin cuestionarse lo que debían hacer, ambos entregaron el sobre con el dinero a la gerencia de Sam’s Club, quienes de inmediato intentaron contactar el dueño del mismo, utilizando una información hallada en el empaque.

“Estos dos muchachos demostraron los que es integridad con nuestros socios”, expresó convencido Onix Vieras Torres, gerente general de Sam’s Club en Ponce.

“Son un ejemplo a seguir, especialmente con lo que estamos pasando con la economía. Son excelentes trabajadores que llevan la integridad al máximo, tanto en lo personal como en lo profesional”, continuó.

Aunque la gerencia intentó varias veces establecer contacto con el dueño del dinero, no fue hasta las 8:30 de la noche que el comerciante que había perdido su cartuchera se presentó a la tienda, para intentar dar con su paradero.

“Me dirigí a la tienda con pocas esperanzas por la cantidad de horas que habían pasado, pero le dije lo que estaba pasando a seguridad interna y me dijeron que ellos tenían la cartera y me la entregaron”, expresó aun sin salir de su asombro el dueño de cafetería, quien solicitó no se le identificara.

“Yo creo que empleados como esos son los que le hacen un bien a todas las empresas y son empleados valiosos que hay que mantener. La honradez vale más que cualquier otra cosa y me gustaría que la ciudadanía coja como ejemplo a estos dos jóvenes que tuvieron la gentileza y el compromiso de ser mejores ciudadanos”.

“Si tuviéramos mucha gente como ellos, estaríamos mucho mejor como sociedad y como pueblo”, concluyó.

(Fotos: Ludwig Medina)

2 comentarios:

Perla Saucedo dijo...

Creo k la honradez como la buena voluntad y desencia son valores que se tiene que preserbar, y tambien es una cultura k no se debe de perder, en cualquier pais, y en cualquier situacion, por muy precaria k esta sea, esto es un claro ejemplo de valores bien cimentados, bien por los empleados.

zoraya dijo...

No todo está perdido en cuanto a los valores de las generaciones que se levantan en nuestro país, aunque muchos digan lo contrario. Aunque a veces nuestros adolescentes actúen de manera egoísta e irresponsable, hay que considerar que esto no es más que una etapa en la que aún no han definido su carácter. Como bien demostraron estos dos jóvenes ejemplares, cuando unos años más tardes los antes adolescenetes entran al mundo laboral aprenden el valor del dinero y a considerar las necesidades de otros tan importantes como las suyas, respetando lo ajeno por convicción moral y empatía.

Apture

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