Continuando el tema de ayer, para PR como pueblo sería un suicidio ser racista. Un pueblo formado por la mezcla de tres razas española, taína y negra no puede imaginarse mejor que cualquiera de ellas porque de todas tiene un poco. Sería negar su propia existencia. Está debe ser la razón por la que en PR conviven en sana armonía negros, chinos, blancos, árabes y puede que algún esquimal(bien sudao). Esta histórica mezcla nos hizo entender que no deberían existir diferencias, que somos todos hijos de una raza única, la raza humana.
Existen razones científicas para lo que nosotros sabemos hace tiempo. El colega bloguero ViejoBlues me presentó este escrito que comparto con ustedes.
Rita Levi-Montalcini, la importante neurobióloga y Premio Nóbel de Medicina, encabeza un importante manifiesto contra el racismo. A sus noventa y nueve años, ahí está al pie de la idea y en el tajo de la solidaridad. A sus pies, señora.
I. Las razas humanas no existen. La existencia de las razas humanas es una abstracción que se deriva de una falsa interpretación de pequeñas diferencias físicas, que nuestros sentidos perciben, erróneamente asociadas a diferencias "psicológicas" e interpretadas sobre la base de prejuicios seculares. Estas abstractas subdivisiones, fundadas en la idea de que los humanos constituyen grupos biológica y hereditariamente muy distintos son puras invenciones que siempre se han utilizado para clasificar arbitrariamente hombres y mujeres en "mejores" y "peores" y, de esta manera, discriminar a los últimos (siempre los más débiles), después de haberles achacado que son la clave de todos los males en todos los momentos de crisis.
II. La humanidad no está formada por grandes y pequeñas razas. Es, sin embargo y ante todo, una red de personas vinculadas. Es verdad que los seres humanos se juntan en grupos de individuos, comunidades locales, etnias, naciones y civilizaciones. Pero esto no sucede porque tengan los mismos genes sino porque comparten historias de vida, ideales y religiones, costumbres y comportamientos, formas y estilos de vida, incluso culturales. Las agrupaciones nunca son estables a partir de los DNA idénticos; al contrario, están sujetas a profundos cambios históricos: se forman, se transforman, se mezclan, se fragmentan y se disuelven con una rapidez incompatible con los tiempos exigidos por los procesos de selección genética.
Puedes acceder al resto del escrito aquí:
http://viejoblues.com/Bitacora/node/6982
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