Estuve este fin de semana nuevamente buscando mi cantito de arena de playa. Mi sueño de mar. Aprovechamos y llegamos a al Palacete los Moreau en el barrio Aceituna de Moca, del que les escribí hace unos días. Precioso lugar, valió la pena el viaje. Un lugar lleno de historias bien contadas. Pero ya escribí de Los Moreau, hoy le toca el turno a este rincón mejicano que encontramos en la Carretera #2 km 111.0 en Isabela.
Se llama Las Mañanitas y tienen que estar pendientes por que puede pasar desapercibido debido un hermoso árbol que le da una rica sombra al lugar.
Puede comer dentro del local con aire acondicionado o fuera en la terraza, que está bastante fresca por la sombra del árbol. El lugar bien ambientado, limpio, ordenado y con buen gusto. Pedimos dos cervezas que llegaron rapidito, vestidas de novia con copa de cristal congelada y ganas de luna de miel. Como dicen en el campo pa' rajarme la tapa del bloque. - Hey, tranquilo guey, concéntrate manito, no pierdas el hilo.- Perdón me distraje. ¿En que me quedé?
AHH, Uhmm, la comida espectacular. Como si te la comieras en Guanajuato, Xochimilco, en San Pedro, el Distrito Federal o algo así. Deliciosa, con porciones generosas y a precios razonables. Me pareció interesante que nunca me había encontrado un restaurante que preparará un plato de madera especial para servir los tacos. Fabuloso el invento por que no se te cae nada. Mi esposa pidió el combo de 5 taquitos duros de pollo y carne. Como podrán ver en la foto bien servidos, rechonchos de carne, queso, ensalada y el pico de gallo, el "sour cream" y el guacamole aparte bien acomodadito en el plato hecho a la medida. Ay Ay Ay, que rico que estaba, caray.
Para mi, como no mido consecuencias cuando se trata de comer, me pedí una Fajitas de pollo que llegaron en tres platos. Uno con las tortillas calientitas, otro con la carne mezcladita con cebollas picaditas y un condenao olor que le abría el apetito a cualquiera, además llegó otro plato con ensalada, guacamole, arroz mejicano, "sour cream", refrito y queso. Cuando vi todo aquello, dudé, pensé si estaría preparado. Pero como no acostumbro rajarme, le sometí sin piedad. Me tomó un tiempito y otra cerveza darle muerte. No fue difícil. Estaba tan rico, que en realidad hubiera seguido a no ser, que se me acaba. Entonces reaccioné y me di cuenta que me faltaba el postre. No estaba en desventaja por que mi esposa también estaba a reventar.
Así que, como cosa de conciencia, pedimos un postre para los dos. Mala idea. Mala idea. Cajeta se llamaba. Una tortilla de harina frita con canela, una bola de mantecado de vainilla empanado de coco rayado tostado con dulce de leche por encima. Cuando la chica puso el plato en la mesa, mi esposa y yo nos miramos enseguida, como dos pistoleros que se enfrentan a duelo cuchara en mano. Se sentía la tensión en el aire, lo sabía que era mala idea. Menos mal que era una cuchara, por que sino no lo estaría contando, estuviera viuda la condená. Es más rápida que yo, lo confieso, lo mio es la distancia.
Le caímos como a pillo de película y no quedo ni la evidencia pal forense. Podrán ver en la última foto que dejé tres granos de arroz para disimular por que la gente nos miraba raro, ¿después de la pelea por el postre como nos iban a mirar?. No les cuento más, ya saben, si están por el norte de la isla y quieren comer deliciosa comida mejicana, con excelente servicio y a buen precio, Las Mañanitas no tiene pierde, les encantará.
Por si se extravían y necesitan dirección, el teléfono es 787-872-5340.
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