sábado, 9 de enero de 2010

Hotel Bélgica en Ponce y El Rincón Argentino


Al igual que el año pasado decidimos pernoctar en Ponce luego de la Fiesta de Reyes de Juana Diaz. Es que además de celebrar la epifanía, se celebra el cumpleaños de un gran amigo juanadino. En esa fiesta, se goza tanto que terminamos extenuados de bailar, roncos de cantar, soñolientos después del caldo de pollo más rico del planeta que, un viaje de hora y media en esas condiciones no es propio. Por eso llevamos un par de años pernoctando en Ponce, lo que aprovechamos para disfrutar de la ciudad.

Esta vez nos quedamos en el Hotel Bélgica, a pasos de la Plaza en la calle Simón Bolivar.  El hotel cuenta con una arquitectura de estilo neoclásico colonial típica del siglo 19. Fundado en el 1872, de hermosa fachada, techos altos y excelente localización, recibe al visitante con habitaciones amplias, limpias, y excelente servicio. De seguro repito el Hotel Bélgica, por la comodidad, el servicio y sus precios módicos. Consejo de oro para este y cualquier otro lugar donde vaya usted a pernoctar: no elija o permita le asignen habitaciones con balcón hacia la calle cuando sean estas concurridas o existan actividades programadas, puede que el ruido no lo deje dormir bien. Si no existe otra alternativa, escoja pisos altos pues no llega tanto el ruido y la buena vista siempre ayuda.

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Escogimos para cenar el Rincón Argentino, localizado en la calle Isabel esquina calle Salud. El local acogedor, con un buen bar, amplios salones, y áreas intimas para una cena romántica. Cuenta con buena selección de vinos y licores. Los restaurantes argentinos siempre me han gustado, porque nunca han presumido de ser ni han tratado de entrar en esta categoría "ultra-mega-chic-gourmet" que reduce las porciones a meros pedacitos comida que dejan con hambre y el bolsillos en carne viva. Eso no sucede en los restaurantes argentinos que conozco. Escogimos para estrenarlo una de sus especialidades, La Parrillada. Excelente selección, tres personas degustamos los más deliciosos cortes de carne asados a la perfección y entregados humeantes a la mesa. Los olores destruyen tus defensas y atacas como pantera el plato saboreando cada pedazo mientras cierras los ojos para sentir los placeres de la carne. El arroz manposteao, es una joya culinaria, no la pasas por alto.  Atendido por su propio dueño, Osvaldo Cabral, hace honor al refrán "Que el ojo del amo engorda el caballo".


Llegamos a los postres y aquí es que me desquicio. Me mata el Tiramisú, y nadie como un argentino para prepararlo. Hasta ahora nadie les gana, a mi juicio. Con los sabores a su punto, suave pero firme, cremoso se deshace en la boca. En este momento ya sabes que estas pecando y que vas para el infierno, pero no te importa, sigues saboreándolo como si no existiera el tiempo. Que, que, he, permiso, mi esposa me interrumpe sacándome del éxtasis, justo en el momento que me doy cuenta que se me acabo el Tiramisú, para ofrecerme un pedacito de sus Crepas con Dulce de Leche que también estaban de la leche, carajo que ricas. La crepa se disuelve lentamente mientras el dulce de leche que sirven en generosas cantidades inunda tus papilas de sabor.  Acaso ya dije, Carajo que ricas? Uhmm

http://www.rinconargentinopr.com

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