martes, 29 de junio de 2010

Repetimos el Triangulo en Guayanilla

Durante las pasadas vacaciones en el sur, regresamos hacia el área metro por la carretera vieja de Lajas hacia Ponce.  Encuentro hermosa esta carretera, quizás lo que me gusta es la vegetación a los lados del camino, el que sea tan ancha, tal vez lo solitaria, los buitres y guaraguaos volando alto, no se, tiene algo.  Tal vez sea por los recuerdos de mi adolescencia, esta era la ruta para Boquerón donde siempre la pasé bien o por todas las anteriores, el asunto es que la disfruto.

Ya en ruta a la ganga se le antojó hacer una parada gastronómica.  Recordé el Triángulo en Guayanilla, estaba en ruta sin desvíos, económico y sabroso.  No hubo objeción, que le caímos 18 almas por asalto al lugar que ya estaba repleto.  No era un hambre ciega lo que nos movía, era mas bien un bajón de grasa.  Así que el batallón pidio pastelillos, de todos los sabores, en cantidades industriales.  De Chapín, camarones, carrucho, marisco mixto, de queso, de carne, entre otras.

Yo no estaba para mariscos y pedí las mías de carne, por cierto las mejores que he probado en muchos años.  Todo llegó en tiempo razonable, gorditas, calientitas y sabrosas.  Las cervezas frias y con servicio amable.  Quemadito por el sol puertorriqueño, ropa y brisa fresca bajo un árbol de sombra generosa, pastelillo en una mano y cerveza boricua en la otra, Priceless!!!

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