Hace algún tiempo les comenté que los boricuas habían llegado a la cima del monte mas alto del mundo, el Monte Everest. La proeza llegó gracias a doctor Julio Bird, hazaña que logró en mayo del 2002. Así somos, inconformes, sin fronteras, solo tienes que decirnos que no se puede que allá vamos a intentarlo. Y así fue, allá fue Julio nuevamente a subir el monstro blanco y esta vez por el lado más díficil, hazaña que lo convirtió en el primer hombre mayor de sesenta años en lograrlo. Les dejó la noticia de Marga Pares del Nuevo Dia.
Por Marga Parés Arroyo /Mpares@elnuevodia.com
Porque no quería “vivir de los recuerdos” el doctor Julio Bird, primer boricua en subir al monte Everest hace ocho años, volvió a hacer historia al escalar nuevamente la montaña más alta del mundo. En esta ocasión, el cardiólogo subió por el lado más difícil de la empinada y alta sierra, el norte, hazaña que había intentado hace tres años (2007) pero que no logró completar a unos 300 metros de la cima por problemas de oxigenación (hipoxia). Localizado en el Himalaya, marcando la frontera entre Nepal y China, el Everest tiene 29,028 pies de altura sobre el nivel del mar y requiere que todo alpinista que intente llegar al pico goce de excelente condición física e invierta varias semanas aclimatándose.
A Bird, un alpinista que ya ha escalado varias de las montañas más altas del mundo, le tomó dos meses la escalada para izar nuevamente allí la monoestrellada. Fue el 17 de mayo, a las 7:00 a.m. hora de China, que el médico puertorriqueño llegó a la cima y ondeó la bandera. “Fue algo bien emotivo. Estuvimos como media hora, porque había mucho viento. Sólo me quedé mirando todo lo que nos rodeaba para guardarlo en mi memoria”, recordó Bird, quien estuvo recientemente de visita en la Isla junto a su esposa Maribel Vecchini.
Bird, quien reside junto a su familia en Lacrosse, Wisconsin, se convirtió en esta ocasión en la persona de más edad (60 años) en haber subido la montaña desde el lado sur (2002) y ahora desde el lado norte (2010). Así quedó documentado en los documentos que todo alpinista debe llenar. Además pagó $10,000 en impuestos. “Quise hacerlo para demostrar que todo lo que uno se propone se puede lograr”, comentó Bird.
Del grupo de tres alpinistas en el que viajaba Bird, el boricua fue el único que alcanzó la cima junto a varios “sherpas” o alpinistas nativos que sirven de guías a los expedicionarios. En el trayecto, Bird participó de la tradicional ceremonia del Puya, donde los nativos lanzan “tsampa” o harina al aire como una veneración a “la diosa de la montaña”, a la cual llaman Chomolungma. Durante la ceremonia, se toma una cerveza preparada por los nativos y un whisky llamado “Everest”. Además, enfrentaron varias tormentas con vientos de más de 60 millas, especialmente al llegar a la cima. “Definitivamente la ruta (del lado norte) es mucho más difícil. Es más larga y empinada y aclimatarse toma varias semanas”, comentó Bird.
Tras escalar el Everest, Bird se prepara para continuar su afición escalando montañas de menor altura. “Me pienso llevar en mis próximos viajes a Maribel (su esposa), que quiere escalar conmigo”, dijo el galeno. Mientras tanto, el matrimonio, padre de dos hijos, piensa compartir calidad de tiempo con sus tres nietos y otro por venir en varios meses. Además, Bird proyecta continuar con su otro “hobby”, la aviación, a bordo de su avión, un Cesna T210.
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