Doña Luz Nieves, su hermana Eloína, su esposo Francisco Andino, su cuñado Wilfredo Hernández y su sobrino Wilfredo Reyes son los artífices de esta gran estampa que desde hace 8 años se presenta todas las navidades en la calle #56, bloque AL#3, en la urbanización Rexville.
Lamentablemente me enteré tarde de la existencia de este monumento al jíbaro puertorriqueño porque estuvo expuesto solo hasta el 18 de enero. ¿De que se trata? Se trata de montar este escenario en el frente de su hogar con distintas estampas de la vida campesina para alegrar y ensenar a todo aquel que quiera recordar o conocer como era la vida hace 40 o 50 años atrás. Pueden ver en las fotos muchas casitas, en cada casita hay una estampa distinta de como era la vida en esa época. Las figuras son talladas a mano por Don Francisco.
Podrás ver la escuelita, el colmado, la iglesia, las parrandas, el velorio, el rancho de tabaco, el lechón asado en la vara, el piraguero, , la señora lavando ropa mientras el nene se baña desnudito en el río, hasta las letrinas y las gallinas durmiendo en el árbol. Es un barrio completo con tendido eléctrico, las casitas amuebladas, las primeras casitas de cemento de "Farmers Home", en fin todo, hasta los compadres destilando ron cañita en el alambique.
Pero todo esto sería un ejercicio fútil si no estuviera presente la figura de doña Luz. "Mi amorrr, ven pa' acá que te voy a enseñar como era la vida de enantes". Así recibe doña Luz a todos sus visitantes, que por ciertos son cientos. En una media hora que estuve allí pasaron por el lugar cerca de 25 personas y acababan de abrir. "Ven mijo, pa' que veas, antes se tiraban los nenes el el soberao pa'que fueran cogiendo fuerza", "mira mira los compadres haciendo ron". Y así va describiendo poco a poco, historia por historia, las distintas estampas alumbrándolas con la luz de una linterna.
Es doña Luz la que hace de esta estampa un espectáculo, un amoroso personaje del que uno se tiene que enamorar.
Sigue así "Mi amorrr", que el año que viene voy a verte con más tiempo.
Hola! Estuve las navidades pasadas por el Puerto Rico del Ayer y he ido todos las navidades desde su fundacion. Realmente vale la pena ir. Es una experiencia agradable. Ademas las alcapurrias y los bacalaitos no tienen precio. ¡Son RIQUISIMOS PERRO! como diria Doña Luz
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