¿Recuerdan cuando comencé este blog? Les comenté que su proposito era servir de desahogo e ilustrar con hechos que los puertorriqueños somos producto de una gran nación. Utilicé el slogan "Somos boricuas y nuestra meta es conquistar el mundo". No imaginé que se apegara tanto a mi realidad futura.
Pronto llega la reseña del viaje a Italia pero ahora les cuento el comienzo de mi viaje. Debo empezar por contarles todo y que aprendan de mis experiencias aunque sean negativas para que puedan luego tomar mejores decisiones que las mías.
Establecí un itinerario de vuelo cómodo, seguro, con tiempo entre vuelos para evitar los contratiempos típicos de las aerolíneas. No hay vuelos directos de PR a Italia así que el viaje tendría escala en Madrid, España. Nos gusta el aeropuerto de Barajas y no nos molesta esperar en una estructura tan bonita. Como turistas frecuentes conocemos los beneficios de viajar con poco equipaje, solo lo que puedas llevar contigo en la cabina del avión. Así no tienes equipaje perdido ni pierdes el tiempo (en algunos casos horas) esperando a que aparezca tu maleta por las líneas de equipaje especialmente si tienes conexiones en tu vuelo. Contrario a la mayoría de los puertorriqueños, nosotros somos extremadamente puntuales cuando viajamos. A pesar de todas estas precauciones nos toco vivir una de las peores experiencias que puede vivir un turista.
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Barajas |
Nuestro viaje por la linea aérea
Iberia se retrasó por casi tres horas, consumiendo el tiempo de trasbordo y descanso que responsablemente había separado para tomar nuestro próximo avión de Madrid a Roma. Todo comenzó en San Juan con un vuelo sobre-vendido por Iberia, nuestro vuelo. Pasaron mas de dos horas en lo que lograron acomodar los que se quedaron y los que se iban. Aquello era un pandemónium, todos peleando un espacio que le habían vendido a más de una persona, había un grupo de jóvenes turistas españolas desesperadas llorando por llegar a su país ya que tenían compromisos contraídos. Claro, ya habían pasado mas de dos horas, ya el vuelo había perdido el turno de despegue y tendríamos que esperar a que todos los vuelos que estaban a tiempo despegaran. En fin salimos con dos horas y media de atraso. El vuelo estuvo regular pues se notaba la incomodidad del hacinamiento de un vuelo lleno a capacidad que comenzaba con la amenaza de dejarte varado. Aún en estas circunstancias me mantenía positivo, nada destruiría la alegría de mi viaje a Italia.
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EasyJet, buen servicio, buenos precios |
Salimos tarde, al llegar tendrás que esperar nuevamente porque rompiste el itinerario de entradas y salidas. Aquí perdimos media hora adicional esperando para bajar del avión. Salimos a la realidad de que habíamos perdido nuestra conexión a Roma. Conexión que contratamos con otra linea área porque costaba mucho menos que
Iberia y la que nos brindo un excelente servicio, su nombre EasyJet. Tratamos de que
Iberia nos acomodara en uno de los dos vuelos que tenían con conexión hacia Roma ya que obviamente era su responsabilidad el que lo hubiéramos perdido. Para hacerle el cuento corto, el servicio fue pésimo por parte de
Iberia, de parte de la empleada que no nos quiso acomodar en otro de sus vuelos, no quiso que habláramos con un supervisor, no ofreció ninguna solución al problema y su trato fue muy desconsiderado. Su única respuesta fue que llenáramos una reclamación y que la enviáramos por correo. En fin, estábamos varados en Madrid, con un tour que comenzaba a primera hora del próximo día en Roma. Despues de innumerables trámites no quedo otro remedio que comprar dos boletos nuevos en el único vuelo hacia Roma que conseguimos y que nos costó $800 adicionales, gracias a la tardanza provocada por la práctica de Iberia de sobre-vender los vuelos.
Hice la reclamación y esperé pacientemente dos meses su contestación. La misma fue negativa. He sido comerciante y se que en ocasiones los empleados pueden echar a perder una relación de negocios, comprendo y sé que no era responsabilidad legal de Iberia desembolsar los gastos incurridos en otro boleto. Ahora bien, por el atraso ser de más de dos horas, y por ser provocado por su práctica de sobre-vender los vuelos, si hubieran tenido que costear nuestros gastos de hospedaje, comidas y traslados mientras esperabamos otro vuelo. El problema es que yo tenía compromiso al otro día en Roma y no llegaría a tiempo por su culpa. En vez de 12 horas de vuelo con mi itinerario original, gracias a Iberia se convirtieron sobre 18 agotadoras horas. Que diferencia puede haber en pagar por nuestros gastos de hospedaje o un boleto si en realidad se valora al cliente y realmente se desea ofrecer un buen servicio.
No me parece que Iberia valore sus clientes al menos no en mi caso. En algo soy consistente no patrocino la mediocridad, ni la incompetencia,
yo NO viajo más por Iberia.
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