miércoles, 27 de mayo de 2009
Sonia Sotomayor en la cima del poder judicial
Igual que la mayoría de los puertorriqueños estoy encantado con la noticia del nombramiento de la primera hispana a la corte federal que resulta ser puertorriqueña. Sonia Sotomayor hija de la diáspora boricua, acepto su nombramiento como el "mayor honor" de su vida y uno que, dijo, acepta con gran humildad. Aquí es que se da cuenta uno que es boricua de verdad. Esto es un gran logro para la comunidad puertorriqueña especialmente para la que vive en el barrio más gran que tiene PR, el Bronx en Nueva York. Así recibió el mundo la noticia, a continuación la noticia del periódico La Razón de España:
El viaje de Sonia Sotomayor a la cima del poder judicial de EEUU comenzó en unas humildes viviendas del barrio neoyorquino del Bronx, donde inició una carrera de obstáculos que culminó hoy con su designación para el Tribunal Supremo. La candidata del presidente de EEUU, Barack Obama, a ocupar la próxima vacante en el Supremo se convertirá, de ser confirmada por el Senado, en la primera persona hispana, y en la tercera mujer, en ocupar un puesto en la máxima instancia judicial del país. Se trata, según afirmó hoy la propia Sotomayor, el "mayor honor" de su vida y uno que, dijo, acepta con gran humildad. La modestia es, según los que la conocen, uno de los rasgos distintivos de esta magistrada, que pese a su brillante trayectoria profesional nunca ha perdido de vista sus orígenes.
Así lo recordó hoy el propio Obama, quien tras referirse a los logros académicos y profesionales de la magistrada de 54 años, insistió en que Sotomayor "nunca se olvidó de dónde empezó y nunca perdió el contacto con la comunidad que la respaldó". Hija de inmigrantes puertorriqueños, Sotomayor se quedó sin padre a los nueve años. Su madre, Celina Sotomayor, asumió las riendas del hogar tras la muerte de su esposo y se encargó de criar a sus dos hijos, a los que inculcó la idea de que el trabajo duro y la educación eran la mejor forma de progresar en la vida. De ahí que les comprara la única enciclopedia del barrio y costeara sus estudios en una escuela católica, convencida de que equipados con los conocimientos necesarios, sus hijos podrían llegar tan lejos como quisieran. Los dos aprovecharon los esfuerzos de su progenitora, una enfermera que trabajaba seis días a la semana y que ha vivido para ver a uno de sus hijos convertido en médico y a la otra en candidata a ocupar uno de los nueve puestos vitalicios en el Supremo.
Sonia Sotomayor rindió hoy tributo a su madre, a la que describió como la inspiración de su vida, la persona a la que debe todo lo que es y alguien ante quien se sigue sintiendo pequeña. "Soy sólo la mitad de mujer que ella", dijo la magistrada, a quien de niña le gustaba leer las aventuras de la joven detective Nancy Drew y seguir la serie policiaca de televisión Perry Mason, personajes a los que ella aspiraba a imitar. El problema, según mencionó Obama durante el discurso en el que anunció su selección, es que la pequeña Sotomayor fue diagnosticada con diabetes a los ocho años. Le informaron de que las personas con su dolencia no podían ser policías ni investigadores privados. "Fue entonces cuando le dijeron que tenía que reducir sus sueños", afirmó hoy Obama, quien añadió que pese a esas advertencias la magistrada ha demostrado que "no importan los orígenes que uno tenga o los desafíos que la vida te presente. No hay sueño que no pueda alcanzarse en EEUU". Su talento, perseverancia y el apoyo familiar le permitieron obtener una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Princeton, donde se graduó "summa cum laude". Después de Princeton, se graduó de la Escuela de Derecho de Yale.
Tras licenciarse, comenzó a trabajar en la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, bajo la batuta del mítico fiscal Robert Morgenthau, un puesto que ocupó entre 1979 y 1984. Ese año, George Pavia, un abogado que representaba a Fiat y otras empresas italianas, la fichó para trabajar en el sector privado. En 1991 dio otro paso adelante, gracias al presidente George H.W. Bush, que la nominó para ser juez de distrito en Manhattan, un puesto para el que fue confirmada un año más tarde y que la convirtió en la primera juez federal hispana en Nueva York. Su decisión más memorable en el citado tribunal de distrito se produjo en 1995, cuando puso fin a la huelga de siete meses de las Ligas Mayores de Béisbol, al emitir un dictamen que respaldó la posición de los jugadores y no la de los dueños de los clubes. El presidente Bill Clinton la designó en 1997 para el Segundo Circuito Federal de Apelaciones, aunque los republicanos bloquearon su nominación durante más de un año, aparentemente por el temor a que algún día pudiera ser elegida para el Supremo. Sotomayor se divorció cuando era joven y nunca ha vuelto a casarse ni ha tenido hijos. Amante del béisbol y de la comida, Sotomayor se describe como una persona "extraordinariamente intensa" a la que le gusta disfrutar de la vida.
El viaje de Sonia Sotomayor a la cima del poder judicial de EEUU comenzó en unas humildes viviendas del barrio neoyorquino del Bronx, donde inició una carrera de obstáculos que culminó hoy con su designación para el Tribunal Supremo. La candidata del presidente de EEUU, Barack Obama, a ocupar la próxima vacante en el Supremo se convertirá, de ser confirmada por el Senado, en la primera persona hispana, y en la tercera mujer, en ocupar un puesto en la máxima instancia judicial del país. Se trata, según afirmó hoy la propia Sotomayor, el "mayor honor" de su vida y uno que, dijo, acepta con gran humildad. La modestia es, según los que la conocen, uno de los rasgos distintivos de esta magistrada, que pese a su brillante trayectoria profesional nunca ha perdido de vista sus orígenes.
Así lo recordó hoy el propio Obama, quien tras referirse a los logros académicos y profesionales de la magistrada de 54 años, insistió en que Sotomayor "nunca se olvidó de dónde empezó y nunca perdió el contacto con la comunidad que la respaldó". Hija de inmigrantes puertorriqueños, Sotomayor se quedó sin padre a los nueve años. Su madre, Celina Sotomayor, asumió las riendas del hogar tras la muerte de su esposo y se encargó de criar a sus dos hijos, a los que inculcó la idea de que el trabajo duro y la educación eran la mejor forma de progresar en la vida. De ahí que les comprara la única enciclopedia del barrio y costeara sus estudios en una escuela católica, convencida de que equipados con los conocimientos necesarios, sus hijos podrían llegar tan lejos como quisieran. Los dos aprovecharon los esfuerzos de su progenitora, una enfermera que trabajaba seis días a la semana y que ha vivido para ver a uno de sus hijos convertido en médico y a la otra en candidata a ocupar uno de los nueve puestos vitalicios en el Supremo.
Sonia Sotomayor rindió hoy tributo a su madre, a la que describió como la inspiración de su vida, la persona a la que debe todo lo que es y alguien ante quien se sigue sintiendo pequeña. "Soy sólo la mitad de mujer que ella", dijo la magistrada, a quien de niña le gustaba leer las aventuras de la joven detective Nancy Drew y seguir la serie policiaca de televisión Perry Mason, personajes a los que ella aspiraba a imitar. El problema, según mencionó Obama durante el discurso en el que anunció su selección, es que la pequeña Sotomayor fue diagnosticada con diabetes a los ocho años. Le informaron de que las personas con su dolencia no podían ser policías ni investigadores privados. "Fue entonces cuando le dijeron que tenía que reducir sus sueños", afirmó hoy Obama, quien añadió que pese a esas advertencias la magistrada ha demostrado que "no importan los orígenes que uno tenga o los desafíos que la vida te presente. No hay sueño que no pueda alcanzarse en EEUU". Su talento, perseverancia y el apoyo familiar le permitieron obtener una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Princeton, donde se graduó "summa cum laude". Después de Princeton, se graduó de la Escuela de Derecho de Yale.
Tras licenciarse, comenzó a trabajar en la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, bajo la batuta del mítico fiscal Robert Morgenthau, un puesto que ocupó entre 1979 y 1984. Ese año, George Pavia, un abogado que representaba a Fiat y otras empresas italianas, la fichó para trabajar en el sector privado. En 1991 dio otro paso adelante, gracias al presidente George H.W. Bush, que la nominó para ser juez de distrito en Manhattan, un puesto para el que fue confirmada un año más tarde y que la convirtió en la primera juez federal hispana en Nueva York. Su decisión más memorable en el citado tribunal de distrito se produjo en 1995, cuando puso fin a la huelga de siete meses de las Ligas Mayores de Béisbol, al emitir un dictamen que respaldó la posición de los jugadores y no la de los dueños de los clubes. El presidente Bill Clinton la designó en 1997 para el Segundo Circuito Federal de Apelaciones, aunque los republicanos bloquearon su nominación durante más de un año, aparentemente por el temor a que algún día pudiera ser elegida para el Supremo. Sotomayor se divorció cuando era joven y nunca ha vuelto a casarse ni ha tenido hijos. Amante del béisbol y de la comida, Sotomayor se describe como una persona "extraordinariamente intensa" a la que le gusta disfrutar de la vida.
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Apture
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1 comentario:
Lei incidentalemente tu pagina y estoy mas que orgullosa saber que contamos con talentasos comprometidos con la excelencia mas que con la mediocridad.
Aqui se une otra puertorriquena a tu familia de boricuas.
Te felicito.
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