- (voz femenina) Ave María Purísima. Padre, perdóneme porque he pecado.
Dime, hija, cuáles son tus pecados?
- Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mi.
- ¿Cómo es eso, hija?
- Es que, cuando hablo con un hombre, tengo sensaciones en el cuerpo que no se cómo describirlas.
..
- Hija, por favor, que también soy un hombre...
- Si, padre, por eso vine a confesarme con usted.
- Bueno hija, y cómo son esas sensaciones?
- Calor, padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer...
- Permanente, padre, por ejemplo, ahora mismo lo tengo padre, me imagino sus manos sobre mi piel dándome alivio...
- Hija! no abuses...
- Por ejemplo ¿yo? preguntaba el cura al borde de un colapso.
- Por ejemplo, usted es la clase de hombre que imagino me puede aliviar.
- Perdóname, hija mía, pero necesito saber tu edad...
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