Salimos de Pisa por la Autostrada, durante el trayecto pasamos por el área de la Toscana donde abundan las canteras de mármol. Canteras como las de Carrara que han sido explotadas comercialmente desde hace miles de años, aun antes de Julio Cesar y donde los grandes escultores de italianos escogían personalmente los bloques de mármol donde posteriormente tallarían sus grandes obras magistrales.
Tomamos el tren en la ciudad de Spezia. Spezia, es la capital de la provincia del mismo nombre, situada entre Génova y Pisa, bañada por el mar de la región de Liguria. Spezia es una ciudad relativamente moderna, alberga puertos comerciales y militares además de una de las mayores industrias militares del país. Así que aquí no nos detuvimos mucho tiempo sino para hacer el transbordo al tren.
Se denomina Cinque Terre, en español, "Cinco Tierras", a región formada por estos los cinco pueblitos colgados de la costa, estos son; Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. Tomamos el tren rumbo a la costa de Liguria atravesando cantidad de túneles. El viaje fue relativamente corto 20 a 25 minutos y pasados los 20 nos comenzábamos a aburrir de tanta oscuridad cuando se comienza a escuchar el ruido de la gente en los vagones del frente exclamando "Wooowww" y de inmediato un "Ahhhh" de decepción. Pasaron segundos para descubrir lo que pasaba y repetir nosotros "Wooowww" y de inmediato, "Ahhhh" de decepción.
Es que los oscuros túneles ya casi llegando, en ocasiones se abrían a tramos que dejaban ver la vista del mar. Imagínense que están en ese túnel oscuro por varios minutos de pronto comienzan a ver una luz que se convierte en una hermosa vista marina con todo y acantilado tipo postal del mediterráneo, para rápidamente encerrarte nuevamente en el túnel. Eso fue lo que nos sucedió en varias ocasiones a medida que se acercaba el tren a Riomaggiore, el primero de los pueblos en ruta. Fueron varias las veces que repetimos el "Wow", Ahh", fue una agradable sorpresa.
Nuestro destino era Manarola, segundo en la ruta, el tren se detiene y la ansiedad aumenta. ¿Como será? ¿Será como lo imaginaba? Demasiada expectativa puede desilusionar. Bajamos del tren a la mini-estación que colgaba del acantilado, las vistas presagiaban un gran acierto. Cruzamos a pie otro túnel a través de la montaña hasta llegar al pueblo. Ufff, tal y como lo imaginé, Manarola es hermoso. Es difícil describir tanto carácter, tanta historia, tanta belleza. Tendré que ayudarme con las fotos para darles una buena idea. Manarola es el segundo pueblo más pequeño de las Cinque Terre, después de Corniglia. Prácticamente el pueblo lo componen casas antiguas amontonadas unas sobre otras al filo dos promontorios rocosos que se derraman hacia el mar en un pequeño puerto. Las casas, agrupadas una junto a otra corren a lo largo de la vía principal, o la "Via di Mezzo",(pa'que practiquen el italiano,) via del centro o del medio.
Todos los pueblos en Cinque Terre son peatonales en su mayoría, los vehículos llegan hasta cierto punto para traer provisiones y el resto es a pie. Así han escogido sus residentes permanecer hasta ahora, son muy celosos y hasta hostiles con los grandes inversionistas que han tratado en el pasado de levantar complejos hoteleros. Tanto así que en el 1999 lograron que se protegiera la zona y se nombró el Parque Nacional de Cinque Terre. Son agricultores, pescadores, viven de algún oficio o del turismo.
¿Como siembran en estos riscos se preguntaría cualquiera? Los habitantes de Cinque Terre, por siglos, ha modelado el terreno sin alterar el equilibrio ecológico, utilizando terrazas para desarrollar una técnica agrícola destinada a aprovechar todo lo posible el terreno. Se siembra uvas y olivos en abundancia ademas de frutas y vegetales de consumo local. Solo uno de los pueblos no tiene puerto, Corniglia se sitúa en el centro de las Cinque Terre, y es el más pequeño de las cinco. Son en su mayoría vinicultores y se enorgullecen de que su vino es el mejor de Cinque Terre.
Existen algunos locales comerciales a lo largo de la "Via di Mezzo", en su mayoría con mercancía artesanal y comestibles locales preparados en el lugar donde abundan los limones, vinos, licores, pinturas, ropa, jabones, mermeladas, cerámicas entre otras. Tan bien existen muchos artistas y artesanos que venden exclusivamente sus creaciones. Igual que en toda Italia los lugareños se esmeran por vestir sus balcones y recibir los visitantes con hermosas flores de temporada en las entradas de las residencias y negocios. Tantos callejones y escaleras trajeron a mi memoria El Cerro de Naranjito. Creo que la única diferencia ademas de la antigüedad de las casas era lo limpio del lugar.
Al llegar al puerto encuentras la vista y la brisa del mar Mediterraneo que te deja sin aliento. A un costado el camino que conecta a Riomaggiore con Manarola. Caminamos por lo que se conoce como la Via del Amor o la "Via dell’Amore" (sigan practicando). Impresionantes son las vista de la Vía del Amor, sus paisajes, las rocas, plantas y flores vistos contra inmensidad del mar son extraordinarias. En el camino encuentras muchos bancos donde sentarte a disfrutar las vistas y la brisa marina mientras declaras tu amor o te entregas al paisaje y a la "Dolce Vita". En fin no es casualidad que se llame así, existe una magia en este lugar que lo provoca.
Nos contaron que la llamaron así porque los novios de ambos pueblos, Riomaggiore y Manarola se encontraban a mitad de camino a expresar su amor en uno de los lugares mas hermosos del planeta. Esta demás preguntar pero caminamos agarraditos de manos buena parte del trayecto, hubo besos, insinuaciones, miradas lujuriosas y no les cuento mas porque no, porque, pues porque eso no se cuenta, no sean bochincheros.
No me fui, me llevaron. Hasta la próxima, nos vemos en Genova.
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