Y aunque aquí parecería insignificante para los astronautas es sumamente importante pues podrían convertir la orina que es una carga de peso muerto en una fuente de energía adicional. Les dejo la noticia de NotiCel.
"Demostrar que se puede generar energía y agua potable utilizando orina humana"
Por: NotiCel
“En la orina hay un compuesto que se conoce como urea. En el laboratorio la convertimos (la urea) en “ammonia” utilizando un proceso de bioreacción. La “ammonia” es el combustible que utilizamos para generar energía eléctrica”, explicó Nicolau, estudiante graduado de Química del recinto riopedrense de Universidad de Puerto Rico. Los estudiantes deberán demostrar la utilidad de su experimento para la NASA. “Nosotros entendemos, según lo que hemos estudiado, que sí va a funcionar y que va a ser bastante parecido a lo que observamos en la Tierra”, manifestó.
El Espacio se ha vuelto su principal objetivo debido a la relación que mantienen con la NASA desde el 2003, cuando se creó el Centro Avanzado de Materiales a Nanoescala (CANM) en Río Piedras. En este Centro se busca, entre otras cosas, desarrollar maneras de generar energía eléctrica utilizando combustibles no fósiles, es decir, sin utilizar petróleo o gas natural. Según el doctor Carlos Raul Cabrera, mentor de los estudiantes y profesor en el recinto riopedrense, todo comenzó durante la última visita de la NASA al campus para evaluar el Centro. En esa ocasión, la directora de la NASA University Research Centers, Katrina Emery, les orientó para que sometieran una propuesta para probar el experimento. Arroyo, quien también es estudiante a nivel graduado de Química, detalló que tan pronto recibieron el acercamiento a mediados de febrero, trabajaron en una semana a propuesta para hacer el experimento de micro gravedad en la NASA. Para ello, contaron con el asesoramiento de Cabrera y de Michael Flynn, investigador principal del Advanced Life Support Program de la NASA.
La propuesta fue aprobada en marzo, y desde entonces se preparan para viajar en junio al Johnson Space Center en Houston, Texas, donde se enfrentarán a un ambiente muy parecido a lo que se puede encontrar en la Luna o en algún planeta. Poventud, estudiante graduado de Física, destacó que cuatro astronautas pueden generar a diario unas 12 libras de orina. Cuando están en el espacio, la orina es almacenada, pero a muchos de sus componentes, incluyendo la urea, no se les da ningún uso. Destacó que usualmente en la Tierra “si nosotros tenemos un pedazo de madera y lo ponemos en el agua, va a flotar por la gravedad. Pero cuando no hay gravedad, el agua y la madera van a estar al mismo nivel, o sea, que nada baja, nada se va al fondo, nada se va hacia el lado, nada ocurre”. Ese es precisamente el reto: demostrarle a la NASA que tan pronto se hace la oxidación de la “ammonia” procedente de la urea de la orina para generar energía, ningún incidente se desatará.
Nicolau precisó que para la oxidación, “tenemos una solución que en este caso es la “ammonia” y ponemos tres electrodos, que son como terminales. En uno de esos terminales está el material que queremos investigar. Aplicamos una diferencia en potencial (que es como un voltaje para generar una corriente de electricidad), las moléculas (ammonia) se oxidan (rompen) y ahí sacamos los electrones ( que nos da la corriente para prender las bombillas)”. Si el experimento tiene éxito en cero gravedad, serían los pioneros en esta tecnología en este tipo de ambiente.
Entrenamiento intensivo
Fonseca, estudiante subgraduado de Química, detalló que previo al viaje a Texas del 15 al al 26 de junio, tendrán que prepararse intensivamente. Serán sometidos a pruebas de resistencia física porque en un ambiente de cero gravedad el peso de la persona puede ser nueve veces mayor. También los capacitarán en cómo manejar el equipo del experimento en esas condiciones y en aspectos de seguridad.
El experimento tendrán que realizarlo en dos días y lo harán en un avión que volará a una altura de sobre 33,000 pies. “El avión va a subir como por cinco minutos y lo dejan caer aproximadamente 45 grados y tenemos un tiempo de micro gravedad que son como 20 a 25 segundos en donde tenemos que hacer ese experimento”, detalló. En la travesía se efectuarán 30 parábolas, que son subidas y bajadas.
Próximos pasos
Si el experimento tiene éxito, el próximo paso sería probarlo en una nave espacial que se llama SpaceX, en el que estarían a una mayor altura y el espacio de cero gravedad sería por cinco minutos.
Cabrera señaló que si ese segundo experimento sale bien, lo próximo sería probar el experimento en la estación experimental en el Espacio. Ello podría tardar de cinco a seis años y conllevaría el que un astronauta viaje a la Isla para capacitarse en el laboratorio.
Nicolau resaltó que sin importar el resultado de los experimentos, cuando regresen de este primer viaje comenzarán a visitar escuelas y/o universidades para motivar a niños y jóvenes a proseguir carreras en las ciencias.
En la Tierra sí se puede
Todos coincidieron en que este tipo de tecnología de energía renovable se podría desarrollar desde ya en la Tierra. Además de que si se filtra la orina y se quitan los compuestos, se puede generar agua potable.
Nicolau favoreció que para poder generar la cantidad de electricidad que se necesita, se usen diferentes alternativas renovables, entre las que mencionó la geotérmica (calor interno de la Tierra), la eólica (viento), las celdas de combustible (que ellos proponen) y la solar.
“Si nosotros como país nos enfocamos en eso y diversificamos nuestras fuentes de energía renovable, pues probablemente en un futuro el gasoducto no sea necesario”, puntualizó.
Cabrera destacó que el gas natural es un combustible más limpio que el petróleo, “pero no es la solución que uno quiere”.
En el caso de las celdas de combustibles, reconocieron que es una tecnología cuya implantación es muy costosa, por lo que tardará un poco más su desarrollo como energía renovable.
Búsqueda de financiamiento
Cabrera manifestó que “toda estas tecnologías en las universidades, uno las puede llevar hasta cierto punto, pero luego tiene que entrar lo comercial”.
Como ese brinco aún no ha ocurrido, recomendó crear compañías pequeñas en la que profesores y estudiantes sean los propulsores.
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